Las organizaciones valoran la actitud de los empleados tanto como sus herramientas. La buena disposición de los trabajadores es una muestra de que ellos están alineados con la cultura de la empresa. Además, es un impulso determinante para alcanzar las metas que se plantean en los proyectos, así como para superar las tareas diarias. Optimismo, perseverancia, motivación y deseos de superación son los principios que quieren conjugar las compañías en el ambiente laboral.
El holandés Víctor Küppers, conferencista, ex vicepresidente de Barna Consulting Group y Research Assistant de IESE, explica que la gente se enfoca en adquirir conocimientos y desarrollar habilidades para ser mejores profesionales. Pero recalca que el valor de las personas no se proyecta en un curriculum. En su teoría del "efecto bombilla " resume que la actitud es lo que verdaderamente marca la diferencia.
Küppers presenta su teoría en esta simple ecuación: V=(K+S)xA.
En este enunciado V representa “Valor”, K es “Conocimiento”, S significa “Habilidades” y A es el equivalente a “Actitud”. En síntesis, el autor resalta que la Actitud es el factor multiplicador de las habilidades y conocimiento, es lo que nos hace brillar.
En el ámbito laboral, el porcentaje de éxito es alto cuando existe una actitud positiva entre los integrantes del equipo.
Actitud positiva ante todo
Cultivar la actitud positiva contribuye a que tu trabajo resulte más agradable. Sin duda, es algo necesario si tomamos en cuenta que pasamos muchas horas del día enfocados en el área laboral. Por ello, es clave mantenernos optimistas y dispuestos a colaborar con nuestros colegas.
Además, es determinante valorar tus logros y observar cómo tu trabajo ha tenido influencia en la empresa. Pero también es necesario que tomes en cuenta estos aspectos:
- Reconocer el perfil de tu cargo, para comprender los requisitos y habilidades que exige tu función. Eso es fundamental para enfocar los esfuerzos y hacer el trabajo cada día mejor.
- Conocer la filosofía de la empresa, su estructura y política. Si escogiste a esa organización fue porque está alineada con tus principios.
- Establecer metas que te ayuden a escalar es tu evolución laboral. Más allá de cumplir, es importante que te desarrolles como profesional.
Mentalidad fija y mentalidad de crecimiento
Un estudio de la Universidad de Stanford, dirigido por la experimentada psicóloga Carol Dweck, demuestra que la actitud es mejor predictor de tus éxitos que tu inteligencia emocional.
La investigación descubrió que las principales actitudes de las personas se dividen en dos categorías: mentalidad fija o mentalidad de crecimiento. En el primer caso, el individuo no tiene la disposición de cambiar, lo cual afecta su desempeño porque se siente abrumado ante retos que lo superen. En el segundo caso, la persona confía en que puede crecer con esfuerzo y superar cualquier problema.
Uno de los aspectos que resalta Dweck es cómo lidiar con el fracaso. Las personas con mentalidad de crecimiento asumen el fracaso como información para luego intentar con nuevos métodos. En síntesis, el factor decisivo en la vida laboral es cómo manejas los desafíos
Aquí resumimos algunas estrategias que reforzarán tu actitud positiva:
- No te sientas impotente. Solicita apoyo, intenta todos los métodos para lograr el objetivo. Debes estar dispuesto a fallar para luego utilizar la experiencia y recuperarte.
- Se apasionado. Este es uno de los elementos que definen la actitud correcta. La pasión te impulsa a buscar la excelencia.
- Toma acción. Esto evita que te paralice la ansiedad ante los grandes retos. Las personas con la actitud correcta saben que no existe momento perfecto para avanzar y siempre ponen toda su energía para resolver.
- Haz un esfuerzo adicional. Eso te ayudará a reconocer que tus límites van más allá de lo que piensas.
De poco vale que un empleado tenga la experiencia y las herramientas para desempeñar un cargo, si no tiene buena disposición para hacer sus tareas y trabajar en equipo. Por ello, debes eliminar algunas malas prácticas:
- Evita la actitud negativa.
- No busques fallas en los demás.
- Evita ser demasiado rígido.
- No magnifiques los problemas.
- No lleves el ego al trabajo.
- Evita arrastrar tu vida personal de los asuntos profesionales.
- Trata a tus colegas como amigos.